HASTA ENTOCES TODO
HABIA SIDO BLANCO

Desde hace muchos años llevo por escrito mis vivencias, emociones, pensamientos, en diarios. A partir del 2013, comencé con un proceso que aún acompaña mis días, en el cual voy descubriendo entre mis textos, objetos donde la vestimenta y la acción de vestir se hace presente: prendas, vestidos/trajes, accesorios, considerando estas piezas como un espacio de construcción de una identidad, pero también como elementos que cristalizan un momento.
En sincronía con este proceso, fui descubriendo a través de la lectura, la vida y obra de mujeres artistas y escritoras. Sobre ellas escribí un libro que se publicó el año pasado, “Luneville o el libro de la inspiración”, donde las pienso, siento y les hablo. Durante estas lecturas, también noté, al igual que en mis diarios, la presencia de objetos como prendas, vestidos, trajes y accesorios.
De la intersección de ambos procesos, surgieron una serie de objetos que combinan elementos tanto de mis diarios como de las lecturas sobre estas mujeres. Así, se fueron materializando en bombachas de lentejuelas y terciopelo, vestidos verde lima con hilos de algodón y zapatos de charol rojo con hilos de seda y canutillos de aleli, entre otros. Cada uno de estos elementos fue adquiriendo distintas formas, siendo el textil y el cuerpo, el hilo conductor y constante.
Mi primer acercamiento con el textil, fue de niña, cuando mi abuela, dueña de una sedería me enseñó a bordar. A través de herramientas como el bordado, las lentejuelas, la pintura, los hilos de seda y algodón, retazos de tela, y la superposición de estos, intento recrear algunos universos que me transportan a esos momentos amorosos de mi pasado.
Asimismo, el bordado es el medio que elijo para presentar algunos recortes de estos textos de mis diarios y de las lecturas de las mujeres que acompañan esos objetos. La elección de que la acción de bordar sea la que revele los textos, se asienta en creer que una aguja traspasando una superficie textil, es un gesto milenario, que nos une a una historia de visibilización y resignificación de la huella textil. El libro The subversive stitch: embroidery and the making of femenine, (La aguja subversiva- el bordado y el hacer de lo femenino), de Roszika Parker, comienza con la siguiente pregunta ¿Se ha sumergido la pluma o el lápiz en la sangre de la raza humana tan profundamente como la aguja? preguntó la escritora Olive Schreiner. La respuesta es, simplemente, no. Así también lo creo y comparto. El bordado y el textil como medio, la lectura de la historia de las mujeres y los textos de mis diarios, conforman los distintos caminos, que al entrelazarse, fueron dando cauce a estas piezas.

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